La serpiente, para la cultura andina,
sea AMARU y/o KATARI, está relacionada con la sabiduría y el conocimiento, pues
se cree que todo lo que compone la vida está escrito en sus escamas; y en Cusco
Amaru era un comunicador entre el cielo y la tierra. Por otra parte, la cultura
Celta que se extendió por el norte de España y Portugal, tenía en las
serpientes una relación con sus muertos, pues al dejar en las tumbas de sus
parientes leche y pan bajo la creencia de que los muertos necesitan alimento,
las serpientes se veían atraídas por esos alimentos y por ende, eran la expresión
natural relacionada con el culto a los
muertos.
Sin embargo, para la cultura cristiana -que
es la dominante en este lado del hemisferio- la serpiente como símbolo está
vista como una figura del mal, o al menos, del engaño. En el clásico tratado de
James Frazer ¨Folclore en el viejo testamento¨ el científico concede a la serpiente el papel de
intermediario entre Dios y ¨los padres¨ Adam y Eva:
¨Viendo que pasaba
el tiempo y sus criaturas no comían la fruta que concedía la inmortalidad, Dios
envió a la serpiente a comunicarle que lo hiciesen. Pero cambió el mensaje
indicándole a Eva el árbol equivocado, mientras tanto, ella comió del árbol que
daba la vida eterna. Por eso creían muchas civilizaciones antiguas, que las
serpientes eran inmortales y gozaban de una permanente juventud, pues mudaban
su piel cada año, sin embargo, el hombre no podía hacerlo, precisamente porque
la serpiente le arrebató tal posibilidad.¨
Seguro, muchos de ustedes
pensarán: ¿qué tiene que ver todo esto con nosotros y con la gestión de la Unidad
de Comunicación Institucional (UCI-UNL)? Pues pensamos que la analogía es procedente. Es
decir, en la Universidad se cuecen rumores que sirven para desestabilizar y
fracturar la integridad del alma máter
a partir de oscuros intereses que se asemejan a los de la serpiente del paraíso.
Y así como el ¨mensaje alterado¨
sirvió para que la serpiente gozara de permanente juventud a costa del engaño y de la pérdida de la inmortalidad de los seres humanos, así hay gente ya mayor que por mantener privilegios o por no
cumplir con su función, genera desde su vagancia una serie de ¨mensajes
alterados¨ que poco tienen que ver con la realidad y lo que sucede en la UNL, pero
que sí afectan a la razón de ser de la Universidad: a la juventud y a lxs
estudiantes que sienten permanentemente en las aulas y los predios universitarios,
la incertidumbre que ocasionan estas lenguas viperinas.
Solo por eso, y como una medida
para mantener a nuestra comunidad universitaria debidamente informada, la UCI
ha previsto el sistema de mata-rumores con el fin exclusivo de evitar el engaño
y los mensajes alterados en la rutina cotidiana de nuestras funciones administrativas y
faenas académicas.
¡Adiós a la mentira en nuestra gloriosa
Nasa!
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